domingo, 2 de diciembre de 2018

Restaurante Maria de la O


Como un niño con zapatos nuevos comenzamos esta andadura en búsqueda de la excelencia culinaria en cualquiera de sus vertientes.
El lugar elegido para la puesta de largo de este blog ha sido el restaurante Maria de la O, situado en carretera de la Sierra, en la capital nazarí.
Se trata de un lugar con encanto, un carmen (casa típica granadina) reformado con muy buen gusto que dota al lugar de un encanto envidiable. Entorno espacioso, decoración vanguardista y limpio.


Nada más entrar fuimos atendidos por la camarera de manera inmediata. Optamos por una cerveza y un vermú. Dichas consumiciones fueron acompañadas por un aperitivo, y resalto lo de aperitivo porque en este lugar no ponen tapa con las bebidas. El aperitivo consistió en un tartar de remolacha y manzana. Atrevido, sin duda. La remolacha no es mi fuerte, por lo que mi opinión al respecto está, claramente, desvirtuada. Mejor callar y que el lector otorgue.


Tras esto, solicitamos la carta para decidirnos sobre qué platos ibamos a pedir para compartir. Comentar que la carta no es muy amplia, pero no quiere decir que esto sea un aspecto negativo.
La elección consistió en mejillones en su concha con naranja y espuma de zanahoria; Albóndigas de rabo de toro con chocolate y mousse de boniato y por último hamburguesa de Ternera Angus con guacamole casero. Vamos con cada uno de los platos.

El primero en llegar fueron los mejillones. Presentación impecable. La cama de hielo picado otorga al plato un toque de sofisticación propio del lugar. Visualmente causa un impacto muy positivo. Lo del sabor ya es otra cosa. La mezcla de la naranja con la espuma de zanahoria y el propio mejillón es, prácticamente, inapreciable. La sensación final del plato es que te has comido algo menos de una docena de mejillones crudos sobre una capa de hielo. ¿De sabor malo? No, el sabor propio de un mejillón. El contraste es nulo.


En cuanto a las albóndigas, la imagen habla por sí sola. Un plato con cinco albóndigas para dos personas (por suerte no hemos venido seis). Bromas aparte, la textura de las albondigas es muy agradable en boca. El chocolate le va sosprendentemente bien a este bocado y el boniato resulta un acompañamiento muy favorable. Lamentamos no haber comido alguna mas porque estaban realmente buenas.


Por último, la hamburguesa nos ha parecido el plato mas flojo de los tres. Previamente, el camarero nos preguntó por el punto de la carne, los que nos hizo crear una expectactivas sobre la hamburguesa que posteriormente ha sido derrumbada. Exceso de guacamole, pan industrial, presentación algo chapucera y un punto de carne pasado. Por no salvarse, no se salvan ni las patatas que acompañaban a la hamburguesa.


No quiero dejar pasar por alto la atención y trato agradable del servicio. Salvo algún despiste puntual, han aportado valor añadido a nuestra visita.
Vamos con mi opinión personal.
Me hubiera gustado abrir este blog con una experiencia mucho mas positiva. No podemos decir que se trata de un lugar donde no se come bien, puesto que esto no es así. Pero si es cierto que, bajo nuestro criterio, creo que existe una despropoción entre la relación calidad (media), cantidad (escasa) y precio (elevado). Lo catalogaría como uno de esos sitios que, si lo recomiendas, no vas a quedar mal con nadie, pero que, probablemente, no te vuelvan a hacer caso en una segunda recomendación.
Estamos seguros de que volveremos en una segunda ocasión ya que este lugar genera una gran expectativa que, lamentablemente, hoy no se ha visto cubierta. Pero en este blog creemos en las segundas oportunidades y queremos derrumbar el mito de que las segundas partes nunca fueron buenas.







No hay comentarios:

Publicar un comentario